S/N
Nos
narramos historias mentirosas,
y las
repetimos en las escuelas
por
pedido explícito del Estado.
Mentimos
la historia
para
sentirnos cómodos,
agazapados
en la cruel receta del consumismo mediático.
Perdidos
en la vorágine de la tevé,
obnubilados
en el deseo de una nueva cama,
una
nueva persona,
un nuevo
sexo,
una
nueva droga
para
anestesiarnos.
Y
deseamos, solo para consumar.
No para
disfrutar el goce de desear,
sino
porque el deseo es consumo,
y el
consumo es ley y orden y juicio y castigo y represión y prisión.
Consumimos
la moda,
y la
moda es el fascismo del consumo,
la moda
es el autoritarismo y la falta de democracia,
la moda
es el puritanismo y la falacia.
Y la
democracia, la gran mentira de la historia,
lo
conocido y anhelado,
lo
temido a ser perdido
lo más
valorado de la historia.
Mentimos
la historia para estar cómodos,
para
desear consumir democracia de moda.
Manipulamos
la moda de la historia
por
miedo a perder el consumo conformista
por
miedo a dejar de consumir vida.
Inédito
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