sábado

Seré, serás

Seré, serás

Podría comprarte el mejor de los regalos,
sería capaz de leer todos los libros,
trabajar en las peores condiciones.
Renunciar a todo,
dejar todo atrás.
Hoy tu bienvenida podría ser la más lujosa,
la mas divertida,
la mas bonita,
Sólo si fueras capaz de pedirlo.
Se que no lo querés
por ser sangre de mi sangre,
carne de tu madre,
sueño de los dos.
Te contentarás con apenas un globo,
una teta de la cual mamar
y un dedo, ojala mío, del cual aferrarte.
Una señal que te marque
El inicio del camino,
la posición de largada,
el primer latigazo.
Para mi jamás volverá a existir el yo.
Será mi vida la tuya.
Verás en tu madre
a la reina mas grande.
Seré, espero, apenas un mal consejero.
Sólo un compañero fiel.
Muchos presentes te esperan,
muchos futuros esperan por ti ser cambiados,
si lo deseas, con coraje y amor.
A la vida, al cambio, a la fidelidad.
Hoy sólo puedo conformarme
Después de crearte tan hermosa y perfecta,
con que ames y escuches a mamá.
Y que, algún día,
en un inesperado juego de vistas cruzadas
me llames, por primera vez,
Papá.



Marzo de 2013
Publicado en el libro Poemas Tempranos (2013)


viernes

Y las plazas volverán a ser nuestras

Y las plazas volverán a ser nuestras

Volveremos a ocupar las plazas
como deber histórico que nos tenemos.
 Volveremos a amar la patria
como se han olvidado de enseñarnos.

Y seremos capaces de organizarnos
cual enjambre de hormigas enfadadas.
 Hartas de marchar por nuestros reclamos
para que nos repriman en la plaza.

Hartos de la represión policial
que parte y reparte día a día sobre nuestros pibes.
Y hartas de una justicia
que no escucha, que no ve ni habla, y que ríe entredientes.

Las plazas volverán a ser nuestras.
Y, esta vez, el pueblo sabrá de qué se trata.

Ocuparemos las fábricas, las escuelas
las universidades y todos los trabajos.
 Ocuparemos los campos y estancias
y repartiremos todas las tierras a quien la trabaja.

Se hará justicia de una vez.
Hacer justicia no es una fiesta de cumpleaños.

Las plazas volverán a ser nuestras.

Y, esta vez, el pueblo sabrá de qué se trata.

Inédito

Imagen: Jopi, link a Facebook Click Acá!

jueves

A fin de cuentas

A fin de cuentas

Te escribo estos versos libres
porque las décimas son difíciles
y nunca me salieron.
Además,
nadie entiende de décimas,
Borges ya murió hace rato
y Drexler le canta al Guernica de Picasso.
Son para vos,
mujer indiferente, taciturna,
que con las luces de las luciérnagas
bailas desnuda por la casa.
Para que hagamos en la cama
la revolución que nos debemos en la calle.
Para que planifiquemos la espontaneidad
de los vaivenes de la vida.
Para que huyamos hacia delante
por caminos distintos de
esos aburridos y transitados
que nos llevan a Roma.
Para que tomemos esos té de frutilla
que tanto aborrezco,
y escuchemos la música chilena
que tanto te desespera.
Porque, a fin de cuentas,
convivimos por el miedo a abandonarnos,
y ese miedo es la expresión del amor
que nunca dejamos de tenernos.
Somos la efervescencia de las peleas,
y te quiero, también en ellas.
A fin de cuentas, somos lo que hacemos
con lo que queda,
con lo que los demás hacen de nosotros,
o con lo que el mundo hizo de nosotros,
o con lo que nosotros hacemos del mundo.
O, mejor,
somos el mundo, sos el mundo.
Con tus piernas largas como el Amazonas,
y el desierto del Sahara en tu panza,
y lo áspero del Perú en tu mirada,
y lo suave de la nieve en tus labios fríos,
y la locura del mar, eterno e intempestivo,
constante, insistente, hiriente, inherente.
Somos, a fin de cuentas,
nosotros, y lo que digo y escribo,
y las décimas que te debo porque tengo pereza
de sentarme a practicar,
y la pereza que tengo en dejar mi orgullo,
y la pereza que tengo
en hacer la revolución en la calle
cuando quiero quedarme contigo en la cama.

Inédito.

Obra: 
Diego y Frida 1929-1944 
(1944)

sábado

S/N

S/N
Nos narramos historias mentirosas,
y las repetimos en las escuelas
por pedido explícito del Estado.
Mentimos la historia
para sentirnos cómodos,
agazapados en la cruel receta del consumismo mediático.
Perdidos en la vorágine de la tevé,
obnubilados en el deseo de una nueva cama,
una nueva persona,
un nuevo sexo,
una nueva droga
para anestesiarnos.
Y deseamos, solo para consumar.
No para disfrutar el goce de desear,
sino porque el deseo es consumo,
y el consumo es ley y orden y juicio y castigo y represión y prisión.
Consumimos la moda,
y la moda es el fascismo del consumo,
la moda es el autoritarismo y la falta de democracia,
la moda es el puritanismo y la falacia.
Y la democracia, la gran mentira de la historia,
lo conocido y anhelado,
lo temido a ser perdido
lo más valorado de la historia.
Mentimos la historia para estar cómodos,
para desear consumir democracia de moda.
Manipulamos la moda de la historia
por miedo a perder el consumo conformista
por miedo a dejar de consumir vida.


Inédito