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Las dictaduras siempre mataron poetas


Las dictaduras siempre mataron poetas

Una de las primeras cosas
que hizo la dictadura
fue matar a los poetas.
Porque además de arrebatarle
los lápices y las ideas,
si es que pueden;
además de violar a las mujeres
y pegarles a los menores,
si es que saben otra cosa;
además de prohibir los recitales
y las canciones subversivas,
si es que saben escribir la palabra;
además de martillar los dedos,
y fusilar los deseos
la esperanza de los poetas se mantiene intacta.
Pero mataron poetas,
porque le incomodan los poetas.
Y digo poetas hombres,
porque a las mujeres le tuvieron esa compasión
odiosa que siempre terminaba en violación
también odiosa.
Pero se ensañaron con los poetas.
Como si una bala borrara la memoria,
mataron poetas.
Porque les molesta esa incomprensión
de la libertad en la palabra.
Le molestan los corazones siempre esperanzados
buscando organizar otros corazones.
Y los ojos siempre abiertos,
como advertía el camarada Pablo.
Fueron objetivos militares
por subversivos, si es que pueden escribir esa palabra
los profesionales, los docentes, los cuadros políticos
los artesanos, los trabajadores, los dirigentes sindicales;
y todas las mujeres, puesto que
los militares tuvieron esa obsesión,
esa odiosa obsesión con la violación,
si es que sabían hacer otra cosa.
Pero los poetas…
ahh de los poetas, que fueron el blanco preferido
de los militares.
Ensañados en la muerte de un poeta
porque todo gobierno quiere su poeta muerto
porque cada dictadura quiere su trofeo
y cada poeta muerto es su trofeo
pero cada verso es una contraofensiva.
Ahh de los poetas muertos
si es muy fácil revivir un poeta.
Vale con volver a leerlo, a sentirlo,
a compartirlo en clase, en el trabajo.
Es muy fácil, prueben…
Susurren con alguien unos versos de Paco
o griten las líneas de Santoro.
Seguirán matando poetas, los militares
si es que pueden.
Ahh de los poetas muertos
que seguirán matando los militares
si es que saben otra cosa.
Pueden arrebatarle todo a un poeta.
La vida, la familia,
pueden quemar su casa e incluso,
si se esmeran, desaparecer su cuerpo.
Pero están allí, en los libros,
en los versos.
Y eso hace que los militares
que siempre mataron poetas
no sean felices
como fueron los poetas.

Inédito, 2018



Fuente: muestra fotográfica 
"Exposición: Libros quemados, escondidos y recuperados a 40 años del golpe en Chile"