El
vuelo interrumpido de una blanca paloma.
El
sueño desgarrado en una pared de fusilamiento.
La
cizaña encarnizada contra los detenidos.
Es el
fascismo el autoritarismo doméstico.
La
asquerosa tergiversación de la historia.
La
deforestación en plena primavera.
Las
niñas, sin zapatos caminando a la escuela,
que
escriben con el hambre lo que aprenden.
La
gente que alimenta perros pero se olvida de sus hermanos.
Es el
fascismo el constante genocidio a los pueblos originarios.
Las
miles de tazas que deberían estar llenas.
Todos
los platos que al mediodía permanecen vacíos.
Una
trabajadora cesanteada y un trabajador sin trabajo.
Una
vida acomodada, y cien lágrimas ahogadas.
Las
semillas del futuro, pisoteadas y vapuleadas
y las
rosas rojas que florecen en el fango.
Es, a
fin de cuentas, el fascismo,
lo que
hace que escriba éste poema antifascista.
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